Defender la libertad de expresión es luchar hoy contra la concentración de la prensa gráfica.
El sector no está crisis, sino todo lo contrario: crece y se multiplica en todo el país. Sin embargo, ese crecimiento encuentra un cerco cuando sus ventas se expanden y afectan los intereses de los grupos concentrados, que pierden cada vez más mercado.”
Defender la libertad de expresión como bien social y bregar por la dignidad de las y los trabajadores autogestionados fueron los ejes aprobados por aclamación en la asamblea general de la Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina (AReCIA), que contó con la participación de representantes de 10 provincias y la presencia del Sindicato de Canillitas.
La asamblea expresó su apoyo a la lucha que los canillitas libran contra la concentración de la distribución y venta del mercado de prensa gráfica y ratificó su compromiso de apoyar sus reclamos, que son también los de los editores independientes.
Durante su exposición el representante del Sindicato de Canillitas confirmó la información que AReCIA denunció ante la Comisión Intearmericana de Derechos Humanos (CIDH): “Hoy el 50% de la distribución de diarios y revistas está en manos de Clarín y La Nación y van por el resto”. También describió las maniobras que estas empresas realizan para excluir del mercado a las revistas independientes: “Si vendemos 10 ejemplares, al siguiente mes te entregan 5, pero te dan 5 más de los títulos que ellos controlan. Ustedes saben mejor que nadie que esto es así porque lo padecen”.
Durante el desarrollo de la asamblea los diferentes nodos que se conformaron en el Interior del país informaron sobre la situación de cada región, trazando así un panorama en común: el incremento desmedido del precio del papel, las trabas en la distribución, la concentración de pauta publicitaria y, por otro lado, el crecimiento de las redes sociales y culturales que sostienen los emprendimientos autogestionados.
“El sector no está crisis, sino todo lo contrario: crece y se multiplica en todo el país. Sin embargo, ese crecimiento encuentra un cerco cuando sus ventas se expanden y afectan los intereses de los grupos concentrados, que pierden cada vez más mercado. Este sector es el que quiere provocar una crisis de las editoriales independientes, con maniobras mafiosas, rompiendo la cadena de pago, aumentando los costos de producción de forma arbitraria y expulsando a las revistas de los kioscos. No se trata tan solo de una batalla por el control del mercado, sino de la agenda: quieren decidir qué podemos y que no podemos leer. Y de esta forma no atentan solo contra las intereses de un grupo de editores, sino que atropellan los derechos de toda la sociedad. Esos derechos están protegidos por nuestra Constitución y por los tratados internacionales y nos toca a nosotros defenderlos. Es nuestra responsabilidad y nuestra obligación que la libertad de expresión no sea un botín de la concentración corporativa”, sintetizó la asamblea.
La asamblea de AReCIA también designó a las nuevas autoridades, quedando así constituido su Consejo Directivo:
Presidente: Nahuel Lag (Revista NaN)
Vicepresidente: Daniel Badenes (Revista La Pulseada)
Secretaria: Mariane Pécora (Revista Vas)
Tesorero: Diego Gassi (Rock.com/ Revista Dale)
1° Vocal: AilinBullentini (Revista NaN)
2° Vocal: Verónica Daud (Revista Yucumanita)
1° Vocal suplente: Maximiliano Goldshmidt (Revista Cítrica)
2° Vocal suplente: Liliana González (Revista Inquieta)
Revisor de Cuentas titular: Santiago Kahn (Revista Maten al Mensajero)
Revisor de Cuentas suplente: Nicolás E. Capusotto (Revista Hamarthia)
Secretaria de Prensa: Claudia Acuña (Revista Mu)
Secretario de Fortalecimiento: Gustavo Zanella (Periódico El Andén)
Secretaria de Derechos Humanos: Mita Fabre (Revista Crisis)
Sobre llovido
Nos empapamos cuando habíamos terminado de armar los puestos de la feria y la Orquesta de la Circuito Cultural Barracas había desplegado todos sus colores. Ya habían llegado editoras y editores de Tucumán, Rosario, Paraná, La Plata y varios de Capital y el Conurbano que por primera vez participaban del Foro de la Asociación de Revistas Culturales Independientes. Con la fiesta frustrada y la ropa mojada nos encontramos en el Bar Británico con el ministro de Economía Axel Kicillof, el diputado Andrés Larroque y la legisladora Gabriela Cerruti. Ahi mismo les planteamos la urgencia de democratizar la prensa gráfica, controlada por los monopolios desde el inicio al final de la cadena de producción. Es decir, desde el papel -que venden a precios de mafia- hasta la distribución y venta, que quieren dominar con modales de patoteros. Mañana, justamente, habrá paro de canillitas para denunciar lo que padecen los trabajadores del sector, que al igual que los editores independientes son extorsionados por quienes pretenden quedarse con todo. No es una metáfora: hasta hace pocos años Clarín y La Nación no editaban revistas. Hoy entre las dos suman más de 70. No las crearon: se las tragaron. Ahogaron con maniobras sus posibilidades de distribución y luego le ofrecieron un trato típico de Corleone, de aquellos imposibles de rechazar: “vos dedicate a los contenidos, nosotros a vender”. El resultado fue que a los pocos meses controlaban lo uno y lo otro, por supuesto. Le contamos también que esto lo pueden hacer por un sencillo motivo: la actividad está reglada por un decreto que impulsó en sus tiempos de ministra de Trabajo la hoy candidata a diputada por el PRO Patricia Bullrich y redactó el asesor legal de La Nación, aprovechando los tiempos de mayor debilidad institucional: el año 2001. Ese decreto consagra que ni el Estado ni la justicia puede intervenir para regular el mercado de venta y distribución. Consagra así la ley del más fuerte. El mercado por sobre la libertad de expresión. “No estamos hablando en defensa de nuestros intereses, sino el de nuestras lectores y lectores, porque son ellos los que no pueden encontrarse con las revistas que quieren leer. Democratizar la prensa gráfica y combatir la concentración no son nuestras banderas: son las de toda la sociedad argentina que ya dejó en claro que ningún medio puede ser más importante que la sociedad”, dije en mi discurso improvisado, con los pies mojados y rodeada de mis compañeros que fueron, finalmente, lo que me dieron voz.
Hablamos.
Ojalá nos hayan escuchado.