Nuevamente, la escuela de arte La Llave, fue el lugar de encuentro para la muestra de Usinas culturales, programa perteneciente a la Secretaría de Cultura y Deporte de la provincia de Río Negro. El del viernes 12 de junio fue el cuarto ciclo que se realizó, con el objetivo que los jóvenes que participan de los talleres artísticos y están dando sus primeros pasos, compartan escenario con artistas de Bariloche.
Fui con toda la familia. Al llegar, las personas que finalizaban sus actividades en la escuela de arte se retiraban preguntándose “¿qué habrá hoy?”. Esto evidenciaba que seguramente ya habían comenzado las pruebas de sonido. Y yo me preguntaba: ¿por qué no saben lo que hay hoy? La intriga me surgió porque no es la primera vez que La Llave es sede de estos encuentros, y además, trabaja en conjunto con Usinas Culturales para que se puedan realizar talleres abiertos y gratuitos en diferentes barrios de nuestra comunidad. Y sigo pensando que tanto esfuerzo y tantos logros de niños, niñas y jóvenes debería ser tema conocido, reconocido y esperado por vecinos, amigos, familiares y asiduos a los talleres de La Llave. Una vez más la incógnita: ¿qué está en la agenda de los medios? ¿Qué se difunde? ¿De qué nos enteramos?
Efectivamente, llegamos a la prueba de sonido. En esta ocasión, “el” artista local era Viernes Papa. La sala estaba ya lista para la función. Poca gente. Buena iluminación y buen sonido. Los niños y niñas que andaban por ahí se empezaron a apropiar del espacio que siempre queda desierto entre el escenario y las primeras sillas. Y allí estuvieron bailando y saltando al ritmo que proponían los músicos. Rápidamente ubiqué a Nancy González, Coordinadora de Usinas Culturales y me presentó a Caio, el profe del taller de hip hop y break dance, quienes con los adolescentes que van a este espacio hacían su muestra esa noche.
“Tengo 28 años y bailo desde los 14”, contó enseguida Caio. Entre sus 14 y 16 años, creó-junto a otros amigos-el grupo KnockOuter. De esos amigos “queda uno solo en Bariloche, la mayoría está en Neuquén, Mendoza, en Chile o en Buenos Aires. A través de Usinas Culturales se formó nuevamente el grupo” y se contó con más apoyo, cuenta Caio. Lo más difícil era conseguir salones para la práctica, “era muy complicado conseguir los salones, porque éramos todos chicos y no veían fin a lo que nosotros hacemos. Después de un tiempo aparecieron nuevos chicos y chicas, empezamos a competir en Neuquén, uno de los más chicos obtuvo el primer puesto en su categoría. Hace una semana participamos en un torneo de duplas y llegamos a semi finales, así que nos estamos preparando bien”, se alegra Caio.
Las clases de hip hop y break dance se dictan en el Centro Administrativo, lunes, miércoles y viernes de 19 a 21 y en SEDRONAR de 18 a 20hs. Se puede participar a partir de los ocho años, aunque hay excepciones, como es el caso de Lautaro, quien con seis años ya está bailando. Caio contó que esa noche iban a mostrar “coreografías, comandos y entradas individuales” propias del estilo que practican. “Vamos a demostrar lo que hacemos en el taller que ya lleva dos años, casi tres, de trabajo”.
“El hip hop es diversión, paz, amor y unidad; hay que disfrutarlo, hay que ser como un chico otra vez, hay que divertirse”, resume Caio. Y así fue que los vimos disfrutar, uno a uno iban pasando, realizando movimientos increíbles y figuras asombrosas con su cuerpo.
La Coordinadora de Usinas Culturales contó que en todas las muestras se hace una intervención a cargo de la profesora de teatro Verónica Feldman, a modo de presentación. En esta oportunidad no quisieron dejar pasar que el miércoles 17 de junio se cumple un nuevo aniversario de la desaparición de Diego Bonefoi, Nicolás Carrasco y Sergio Cárdenas. Al comenzar, se los recordó con la lectura de “Los Nadies”, de Eduardo Galeano, pidiendo, una vez más, justicia.
El público acompañó entusiasmado esta nueva muestra de las actividades de los talleres gratuitos que se realizan en Usinas Culturales. Mis hijos bailaron por más de una hora y quedaron boquiabiertos ante cada movimiento de los KnockOuter. Desde Usinas Culturales se sostiene que es fundamental que el arte se acerque a los barrios y que cada grupo muestre de qué forma se está acercando al arte y a la cultura. Estaremos esperando un nuevo ciclo, una nueva muestra, para aplaudir tanto esfuerzo, tantos logros y tanto disfrute.
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