Los diarios mostraron en portada denuncias sobre abuso sexual infantil en una escuela de educación especial de la ciudad. Esas noticias se digieren junto a decenas de otras que se reciben todos los días, jerarquizadas con criterios periodísticos y según la “agenda” de la jornada. Dentro de unos días, poco se sabrá del “caso” o los medios comunicarán de acuerdo con el desarrollo de la “causa” y sus menesteres. Detrás de esta noticia que pasa fugaz por pantallas y medios gráficos, están las personas de carne y hueso que son víctimas del dolor y la violencia, y sus vínculos más directos que las acompañan en este trance.
Desde hace unos años el Poder Judicial creó un dispositivo para acompañar a las víctimas que atraviesan situaciones traumáticas y que, al tiempo que necesitan repararse de ese daño, deben encarar un proceso judicial largo, tedioso y difícil de comprender para la mayoría de la gente de a pie.
El dispositivo que acompaña a las personas que padecen distintos tipos de violencia se denomina Oficina de Atención a la Víctima (OFAVI) y está compuesto por un equipo profesional que nada tiene que ver con el mundo de los jueces y los abogados.
Es un equipo formado por una trabajadora social, una psicóloga y una psicopedagoga que trabajan para que las víctimas de violencia no sean nuevamente victimizadas en el proceso judicial que se inicia cuando se radica una denuncia penal.
“Las funciones de la Oficina son informar, orientar, acompañar y asistir. Informar y orientar respecto a todo lo que tenga que ver con el procedimiento judicial, antes de formalizar la denuncia, una vez que la persona oficializa una denuncia penal y desde entonces hasta que llega la etapa final del juicio, que es el debate. Durante todo ese proceso informamos, orientamos y acompañamos con efectos terapéuticos. Esto significa que acompañamos y asistimos a la víctima y a su entorno familiar con la idea de poderlos sostener emocionalmente y darles los cuidados y tratos que se merecen. Para garantizar luego una derivación asistida, hacemos puente con otros colegas y garantizamos que las víctimas lleguen y sean recibidas”, nos informa Silvana Federici, psicopedagoga del equipo, acerca de las funciones de la OFAVI.
La Oficina fue creada por la Ley 4.199 de la Procuración General de Río Negro y se abrió a fines del 2009. El proyecto pone como eje central del proceso penal a la víctima y su familia. Las “OFAVI”, como se las conoce comúnmente, son cuatro en toda la provincia, una por cada circunscripción judicial.
La denuncia y los caminos posibles
Cuando una persona es víctima de un delito, puede radicar la denuncia en la comisaría más cercana a su barrio o acercarse hasta las fiscalías pertenecientes al Poder Judicial. La Unidad Fiscal de Atención Primaria (UFAP) centraliza todas las denuncias que se reciben y es la mesa de entrada para todas las fiscalías. Como la Ofavi funciona dentro de la UFAP, puede intervenir directamente en cuanto se radica una denuncia. El criterio para intervenir y acompañar a las víctimas es que las situaciones las involucren emocionalmente y sean de alto impacto.
“Las causas mas comunes son abuso sexual infantil y violencia intrafamiliar. La mayoría de los casos de abuso sexual se dan dentro de la propia familia y esta altísimamente relacionado con lo incestuoso. Si no es el padre, es el padrastro, un tío o un abuelo. A veces la víctima está totalmente inhabilitada por estas figuras violentas y termina inclusive levantando la denuncia para seguir sosteniendo la economía del hogar, con lo que continúan accediendo al maltrato. Se hace muy difícil en los casos de abuso infantil, porque primero hay que fortalecer al adulto que protege”, nos cuenta la psicóloga del equipo, Graciela Aquilante, acerca de las temáticas más recurrentes que ameritan el acompañamiento de la OFAVI.
-¿Trabajan de “oficio” cada vez que llega alguien a la fiscalía con una denuncia?
-En reglas generales trabajamos con los delitos que implican mayor violencia. Nuestros ejes fundamentales, según nuestra experiencia, son el trabajo con nenas y algunos nenes y adolescentes víctimas de abuso sexual. En esos casos nos pasan la intervención o vienen derivados directamente de las escuelas o del hospital.
¿Intervienen sin que se haya hecho la denuncia?
-Las denuncias por abuso sexual hay que hacerlas. Pueden venirnos a vernos a nosotras y las acompañamos a hacerlas.
-¿Cuál es la diferencia entre hacer la denuncia en la Fiscalía o la Comisaría?
– Cuando entran los casos por denuncias en la comisaría, perdés la instancia previa. Esto es lo que estamos tratando de transmitirle a la comunidad: en situaciones de delito a la integridad sexual, un tema tan delicado, o en violencia de género, donde la comisaría de la mujer no existe, tratamos de que lleguen a la UFAP porque ahí sí tenemos intervención y acompañamos desde el primer momento. De lo contrario, lo que el comisario hace es mandar todo al juez y es el juez el que entiende en la causa.
-¿En algún caso conviene denunciar en la comisaría?
-La Unidad Fiscal no atiende los fines de semana. Además, si tenés al violento en tu casa rompiéndote los vidrios cuando tiene prohibición de acercamiento, es la policía la que interviene. Pero en el caso de los niños, nos preocupa porque nos han llegado comentarios de que los policías interrogan a los nenes y a las nenas, cuando no están formados para esa tarea.
-¿Qué beneficio tiene estar dentro del Poder Judicial?
-Está bueno que esta oficina esté acá dentro, por que es la primera vez que dentro del fuero penal hay profesionales no abogados. Trabajamos con lo subjetivo del expediente.
Transitar el expediente
El proceso judicial que se abre tras algún tipo de denuncia transita un recorrido que solamente entienden los que están familiarizados con el asunto. Se trata de un proceso largo y complejo, que además se expresa en un lenguaje críptico y muy difícil de entender, sobre todo cuando las víctimas están atravesando un proceso emocional muy fuerte. De esto también nos habla Silvana Federici: “Para alguien que nunca fue usuario del sistema judicial, venir hasta acá y hacer una denuncia moviliza muchísimo y no todos se animan a llegar. Los que llegan a veces están muy inhibidos y no pueden tomar como interlocutor válido al funcionario que los atiende. En esos momentos, nuestro equipo ayuda a canalizar y a retraducir, así como a seguir todo el proceso judicial que se abrió: que puedan seguir el expediente y ver por donde está, qué medidas está pidiendo el fiscal, en qué está el juez. Todo esto también es función nuestra”.
Prevención y políticas públicas.
Si bien la Oficina de Atención a la Víctima es un dispositivo que obra cuando ya se vulneró un derecho, su mirada abarca también la prevención, ya que junto al Hospital Zonal, Educación, Desarrollo Humano y organizaciones de la sociedad civil, lleva adelante una mesa de prevención de la violencia hacia niños, niñas y adolescentes.
Esta mesa interinstitucional aborda la prevención como sensibilización en la comunidad sobre estas problemáticas. Asimismo, elaboró un protocolo único de intervención en caso de abuso sexual infantil.
Además de ser parte de la mesa de prevención, el equipo de la OFAVI participa como invitado del Consejo Local de Protección Integral de Niños y Adolescentes, espacio destinado a la formulación de políticas públicas de niñez a escala municipal.
En nuestra ciudad los casos de abuso son más comunes de lo que se cree e involucran a todas las clases sociales. Cualquier persona que se entere de que se ha cometido este tipo de delito está obligado a denunciarlo, lo que constituye un paso más en la protección de nuestros chicos.
El hecho de denunciar ya cumple un efecto reparador en la víctima y su familia. “A veces, cuando se trata de situaciones de niños, el solo hecho de sacarlos de ese lugar pasivo, dar credibilidad a su relato, apostar por ellos y venir como adulto a hacer la denuncia penal para que ese niño sea escuchado por un psicólogo, moviliza un montón de situaciones que ya ingresan en el campo de la reparación simbólica”.
Desde el año 2009 el grupo interdisciplinario del Hospital Zonal que trabaja en la prevención de abuso sexual lleva las estadísticas en base a los casos que ingresan por guardia del hospital. El número ha ido en aumento en un 20% por año, aunque esto no significa que haya cada vez mas abuso sino, que la gente se anima cada vez más a enfrentar estas situaciones. En ese sentido tener un dispositivo que oriente, acompañe y asista a las victimas dentro del Poder Judicial, colabora, y mucho a que las madres se animen a denunciar y a hacer valer los derechos a la integridad y la salud de sus hijos. Y una justicia que pueda mirar desde lo que sienten las personas, definitivamente es una justicia que se acerca a la gente y sus necesidades.
Por Alejandro Palmas.
Campaña de sensibilización “Son Nuestros”