Muchas de nuestras niñas y adolescentes son vulnerables a ser víctimas de relaciones sexuales forzadas e incluso de terminar en redes de trata. Presentamos un informe de situación elaborado con la abogada Ayelen Cáceres, de Fundación Petisos, sobre este tema del que muchos prefieren no hablar.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) existen en el mundo 150 millones de niñas y 73 millones de niños menores de 18 años que experimentaron relaciones sexuales forzadas u otras formas de violencia sexual. Es decir, 10 % de la población menor de 18 años padece o padeció esta problemática.
En los últimos 30 años, el desarrollo del turismo en los países subdesarrollados trajo aparejado el crecimiento del llamado “turismo sexual infantil”. En ciertos destinos turísticos, varones adultos de países desarrollados buscan tener relaciones sexuales con niños y adolescentes de países con baja calidad de vida o donde la falta de leyes y controles públicos permiten hacer la vista gorda. Destinos como Tailandia o Filipinas son los más conocidos, pero nuestra América Latina también padece este flagelo, en Brasil, México y Colombia principalmente. ¿Y por casa como andamos?
Según la Hermana Marta Pelloni, titular de “infancia robada”, quien realizó el año pasado una jornada de sensibilización en nuestra ciudad acerca de tráfico de niños y el turismo sexual infantil, está comprobada la existencia de redes en los esteros del Iberá, en Corrientes, y en la zona de Puerto Iguazú, en Misiones. Por otro lado, Fernando Mao, coordinador para el Mercosur de la Red Alto al Tráfico y la Trata (RATT), subraya que un estudio realizado por la delegación argentina de la organización descubrió la existencia de una oferta sexual de niñas en destinos turísticos en Bella Vista, Corrientes; Río Cuarto, Córdoba y Puerto Iguazú. Asimismo, en el marco de una investigación que realizaron en 2008 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, constataron la captación de adolescentes que eran “ofertados” a turistas para una cadena importante de hoteles de la Capital.
Ricardo Runge, condenado en 2013 a tres años de cárcel por traficar material pornográfico infantil, colocó a la capital de los lagos en la agenda nacional mediante un fallo inédito en este tipo de casos: tres años de prisión efectiva. Además, la justicia dio lugar a que organizaciones de derechos humanos se constituyeran como querellantes en representación de los niños.
En nuestra ciudad, Fundación Petisos está interpelada por estas problemáticas y participa de la Mesa de Prevención del Abuso Sexual Infantil. Ayelen Cáceres es abogada, referente de la Fundación y miembro del Consejo Municipal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes por las organizaciones de la sociedad civil. Con ella conversamos acerca de las redes de trata y el estado de situación en nuestra ciudad.
¿Cuál es el hilo conductor para empezar a meterse en el tema de la explotación sexual infantil?
El año pasado empezamos a delinear un poco todo esto. Elena Durón participó de un seminario sobre trata, que tiene mucha relación con el tema del trabajo infantil. Es decir, tenés a la vez explotación laboral y explotación sexual. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) se fue metiendo para abordar esta doble problemática y Petisos tenía algún conocimiento sobre el tema. A eso se sumó la participación de la organización en la mesa de Prevención del Abuso. Por último, en el trabajo en los barrios, fuimos viendo que muchos chicos en Bariloche son víctimas de explotación sexual comercial. A partir de eso nos fuimos involucrando en la temática.
¿Cuáles son las distintas facetas de este fenómeno y en cuál ponen el acento ustedes?
Cada tema es un mundo en sí mismo y a la vez están enlazados, uno depende del otro. Tenés la trata con fines de explotación sexual, la explotación en lugares de turismo o en nichos específicos, como el movimiento petrolero en Neuquén y Chubut. Nuestro objetivo es re amplio y tiene que ver con concientizar sobre la explotación sexual comercial focalizando en la trata. Pero no podés escindir la trata de la explotación en el prostíbulo, la explotación a través de una página de Internet y la explotación por “delivery,” que también tiene que ver con el turismo y los viajes empresariales y los servicios “vip”.
¿Son temáticas que quedan afuera de la agenda de la ciudad?
Es una problemática que está invisibilizada en Bariloche. De la explotación sexual comercial, en general no se habla. Del tema del abuso, se habló un poco y se puso en agenda con el trabajo de la mesa de Prevención del Abuso y la formulación del Protocolo de Intervención. Pero son cosas para las que no hay una línea de acción de política pública que aborde, visibilice y ponga en agenda estos temas.
En el mundo adulto los “prostituyentes” no están criminalizados. ¿Cómo es el asunto cuando se trata de adolescentes?
Marcelo Colombo, titular de la Procuraduría para el Combate de la Trata y Explotación de Personas, decía en un reportaje que la prostitución no está criminalizada, pero tampoco se la puede considerar un trabajo y mucho menos a nivel infantil. Tener relaciones sexuales con una persona menor de 18 años, siendo mayor, es un delito. Entonces la prostitución infantil no puede considerarse un trabajo o una actividad lícita, como está considerada la prostitución de adultos. Habría que ver si la prostitución de adultos es lícita o no, pero es innegable que hay una relación de desigualad entre la persona que consume la prostitución y la que la ejerce. Hay un cambio de paradigma: ya no son “clientes”, son “prostituyentes” por más que no sean proxenetas, es decir, por más que no se beneficien económicamente.
¿Cómo están, respecto de esto, las políticas públicas a nivel municipal?
El año pasado se votó la ordenanza Prostíbulos cero. La Ley provincial de Prostíbulos cero tiene aplicación en todo el territorio provincial. Pero, como el ejido municipal no es territorio provincial, la habilitación de los locales no dependía de la provincia, sino del Municipio. Había que adherir a esa ley provincial, para después modificar la ordenanza de habilitaciones municipales.
En 2012 se presentó un proyecto de ordenanza para adherir a la Ley, pero hubo que esperar a que la Ley estuviese reglamentada; un poco como pasa con otras leyes que están re-buenas pero después no se aplican o no están reglamentadas. Entonces nos contactamos con el concejal Leandro Lescano (en el proyecto estaban Leandro Lescano y Carmen Jiménez del FSP y María Eugenia Martini del FPV) y le hicimos llegar un informe. La idea fue plantear criterios generales sobre unificación legislativa, para tender a generar una misma ley que se aplique en todo el territorio y para que todos tengan el poder de control sobre el cumplimiento de esa ley. En función de promover eso, se genera una red por donde no se filtraría el delito.
La trata tiene muchos estadíos: el lugar de captación, el lugar de destino, el lugar de tránsito. Las organizaciones mafiosas se van moviendo, no tienen un arraigo territorial. Entonces, se trata de patear la pelota afuera: yo te pongo una ley rígida. Acá no vas a entrar, es una decisión política que en el territorio de Bariloche no entre la trata; al menos en el discurso y en la legislación. ¿Qué pasa en El Bolsón? No lo sabemos. ¿Qué pasa en Cipoletti? No lo sabemos. Pero en la medida que haya una unificación legislativa a nivel provincial habría como un “fuerte” en toda la provincia y sería cuestión de que las otras provincias vayan logrando lo mismo.
¿Cuál es la situación que en Bariloche tienen relevada acerca de la explotación sexual infantil?
Estuvimos en contacto con la gente de La Alameda, cuando hicieron una investigación el año pasado. Nos dijeron que no había personas menores de 18 años en esos dos lugares que tenían habilitación municipal. Además hay otros lugares sin habilitación, existen y en peores condiciones.
Por otro lado el Hospital Zonal y Desarrollo Social tienen relevadas situaciones de chicos que se van de la casa por varios días, de un jueves a un martes por ejemplo, siempre van a la misma casa, con la misma persona. No es trata de personas o explotación sexual, pero el relevamiento da la base para considerar las situaciones de vulnerabilidad que pueden ocasionar que el día de mañana sí lo sean. Siempre está el rumor de que hay chicos involucrados.
¿Qué objetivos tienen en Petisos para atender esta problemática?
Ante una problemática como esta, podés pensar en la concientización, la prevención, la erradicación y la asistencia a la víctima. Sin embargo, lo cierto es que la organización no tiene capacidad para todo ello y que su finalidad no es la asistencia a las víctimas. Apuntamos a acciones de prevención, de difusión y a que se visibilice el tema. Estamos pensando en una campaña de prevención, y a futuro tener cierta incidencia para que la problemática se aborde como política de Estado.