Al Margen conversó con Mijael Lacher -politólogo argentino radicado en Medellín- sobre los actos de violencia policial que está viviendo el pueblo colombiano.
El miércoles 28 de abril, varias organizaciones sociales convocaron a un paro nacional en rechazo a la reforma tributaria presentada por el presidente Iván Duque en el congreso. “De la nada –cuenta Mijael– el escuadrón de la ESMAD, la policía más entrenada, vestida de negro, con escudos y cascos- comenzó a tirar gas lacrimógeno. No corran, grité, tranquilos. Entonces gente que creemos infiltrada se puso a tirar piedras a la policía. Los uniformados devolvieron con más gas, apuntaban -no a nivel aéreo como establecen los protocolos internacionales- sino directo a las personas. Me tiraron gases en el ojo y ahí nos tocó correr”.
Las consignas del paro rechazan una serie de reformas antisociales: no a la reforma tributaria -que afectaba directamente a la clase media-, no a la reforma sanitaria -que pretende privatizar cada vez más la salud-, no a la reforma agraria -que se propone concentrar la tierra en manos de las grandes corporaciones y aprobó el uso del glifosato en el cultivo de la coca-, y sí al voto militar.
La represión policial no impidió que la gente volviera a salir a las calles. Toda la semana el pueblo colombiano marchó no solo por las reformas sino por las medidas tomadas para gestionar la pandemia y por los más de 200 líderes asesinados en lo que va del año. La organización no gubernamental Temblores registró en su plataforma desde el 28 de abril hasta 5 de mayo: 222 víctimas de violencia física, 37 homicidios, 831 arrestos arbitrarios, 10 víctimas de violencia sexual y 110 casos de disparos de armas de fuego.
El ex presidente Uribe, culpado por 6402 homicidios conocidos como los “falsos positivos” -muerte ilegítimamente presentada como baja en combate por el Estado-, según la plataforma Democracia Abierta-, instigó en su cuenta de Twitter a que las fuerzas armadas salgan a limpiar la calle-. Dicha red social tuvo que eliminar su comentario porque violaba las reglas internas en relación a la glorificación de la violencia.
Los medios de comunicación hegemónicos colombianos titularon estos hechos como actos vandálicos que destruían la propiedad privada. “Esto no fue así –dice Mijael-, solo se descargó la bronca sobre los bancos -propiedad pública-, hay mucho descontento contra ellos porque el año pasado recibieron grandes beneficios económicos del gobierno y la reforma tributaria no los tocaba”.
El sábado el presidente militarizó el país, retiró la reforma tributaria y el ministro de hacienda Alberto Carrasquilla, ideador del proyecto, renunció. Pero estos sucesos no calmaron los ánimos y este miércoles se volvió a convocar a otro paro nacional. “Es la primera vez en la historia –dice Mijael– que la gente común sale a la calle, que no es parte de un movimiento, ni de un sindicato sino que está cansada de lo que está pasando en Colombia.”
Por Ver Battaglia
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen