El primero de septiembre de 1995 el genocida Alfredo Astiz caminaba por las calles de Bariloche gozando de las leyes de impunidad. Ese mismo día, Alfredo Chaves, víctima de la última dictadura militar, lo reconoció y le pegó una piña.

El primero de septiembre de 1995 el genocida Alfredo Astiz caminaba por las calles de Bariloche gozando de las leyes de impunidad. Ese mismo día, Alfredo Chaves, víctima de la última dictadura militar, lo reconoció y le pegó una piña.
Copyright © 2021 | MH Magazine WordPress Theme by MH Themes
1 Trackback / Pingback
Los comentarios están cerrados.